miércoles, 14 de octubre de 2020

Con los ojos puestos en Jesús

Mes 5 y días de haber comenzado el desarrollo de una nueva enfermedad mundial que ha impactado al mundo, y la vida de muchos, como mujer, trabajadora, madre, esposa, amiga y mas no puedo quedar indiferente a plasmar en estas lineas las emociones que he recibido y que he vivido en este tiempo, tiempo de recreo, de pausa, de incertidumbre, de dolor, soledad, necesidad y para muchos de muerte. Sin duda para muchos este tiempo ha significado uno o todo esto, de fuertes cambios, de guardarse y no contaminarse, siendo restringidos en la distancia afectiva y emocional que cada uno tiene y que manifiesta en un abrazo cariñoso o besos a quienes mas queremos o apreciamos, o ese abrazo de consuelo, de apoyo que damos al que sufre o esta solo. Hemos sido obligados a conformarnos con una telellamada, un saludo distante, con miedo de ser portador o ser contaminado por este virus invisible que, según los expertos, busca lugar y forma de perjudicar nuestra salud. 

Y al fin tenemos tiempo!! ese tiempo que siempre deseamos entre las carreras matutinas de traslados, colegios, colaciones, reuniones, visitas.....tiempo para mirarnos, escucharnos, conocernos, enojarnos y mirarnos nuevamente y extrañar las rutinas que siempre hicieron los días llenos de adrenalina...ahora tenemos tiempo....tiempo de ver lo que siempre no vimos o no quisimos ver, de reparar, de cuidar y hermosear nuestro hogar, de disfrutar aquello por lo cual, muchas veces perdemos la vida para contar con un techo, alimento....para proteger a los que queremos.....

Y quedamos en silencio, siendo espectadores de como la vida, esta vida vulnerable e imperfecta, en este mundo imperfecto, se acomoda y busca levantar cabeza entretantos vaivenes y corrientes que opinan cual es la mejor ruta y camino a seguir....

En el camino quedan trabajos, ilusiones y desilusiones, y nos paramos según cada uno cree mejor a esperar lo que vendrá...

Por mi parte mi vida ha cambiado, ya no hay prisa, no hay que correr hoy disfruto de este tiempo en casa, como muchos sin un trabajo seguro, pero con la posibilidad de crecer y aumentar mi Fe cada día, de agradecer y valorar lo que Dios nos da y nos quita, y de poder ver siempre que detrás de todo esta Su mano en control de todo.

Cuando comenzó esta pandemia, nos miramos con mi esposo y nos asustamos de ver  cómo esto afectaría nuestra economía y estabilidad laboral, y así fue...pero estos 5 meses y mas, podemos decir cuan generoso ha sido nuestro Dios y cómo ha suplido cada una de nuestras necesidades, aun cuando hoy uno esta cesante y el otro tratando de que su negocio se mantenga y no cerrar...nada ha faltado porque Dios nos sostiene.

A El miramos y pedimos nos ayude cada día a no dejar de mirarle y ver cuanta virtud y bondad hay en quien nos amo hasta la misma muerte, despojándose de todo con tal de alcanzar nuestra Salvación y darnos esperanza.

Si algo he aprendido en este tiempo es la oportunidad que Dios nos regala en este tiempo de poder reparar, renovar, cuidar y cuanto mas valorar de la comunión familiar y con nuestros queridos hermanos/as de fe, y dejar en nuestros niños huellas imborrables de tiempos juntos, tiempos de oración de descansar en Dios nuestros miedos, de estar, y de esperar cada día lo que vendrá, de reir, de enseñar...


"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios."  Hebreos 12:1-3