jueves, 18 de junio de 2009

No seas como los Parasitos

Estas últimas noches con mi esposo hemos quedado asombrados al reconocer como cada una de las leyes que rigen la vida natural describen lo que nos sucede tambien en nuestro caminar en la vida cristiana.
La ley natural en el mundo espiritual, es un libro de doctrina teológica, que en este minuto no recuerdo el autor....pero que en cada capitulo nos muestra como cada regla de la vida natural refleja lo que nos puede pasar si descuidamos cualquier área de nuestra vida y en especial cuando descuidamos nuestra relacion con nuestro Padre celestial.
Anoche dimos lectura al capitulo que habla de la vida de los "Parasitos" y una de las cosas que nos llamaba la atencion que al no usar sus potencialidades y al vivir a expensas de otro en todo sentido, termina atrofiando las partes de su cuerpo. Tambien profundizaba en que al principio de la vida del parasito cuenta con muchas de sus caracteristicas que podrian hacernos pensar que no será un parasito, sin embargo en algun momento de su corta vida, la informacion Heredada aparece y lo convierte en esta especie que vive a expensas de otro.
La relación que hacía el autor era la necesidad que cada uno de nosotros como cristianos tenemos de conocer personalmente a Dios y buscar el alimento espiritual por medio de una rutina diaria, de como tambien en el servicio y principalmente la obediencia a su Palabra vamos creciendo y nos vamos desarrollando en la vida en su integralidad, no basta con la reunion dominical, no basta con lo que el predicador me enseña..tengo el deber como una hija de Dios de personalmente descubrirlo y buscar el alimento espiritual, muchas veces mal heredamos un patron de como vivir la vida cristiana, conformada a la religiosidad y las tradiciones aprendidas por la familias de origen pero carentes del sentido verdadero que tiene la vida cristiana...cuantas veces nos preguntamos cómo hermanos que toda la vida han participado de las actividades eclesiasticas tienen vidas tan pobres..no solo porque no muestran frutos espirituales, sino tambien tan miserables en todos los ambitos de su vida, y al relacionarlo con lo planteado en este libro, nos queda claro que muchas veces es porque viven al igual que estos parasitos y no desarrollan una vida en una relacion profunda y estrecha con su Creador y Salvador, que son incapaces de amar con el amor que nos enseña nuestro Cristo, y que decir de perdonar......

!No quiero ser un parasito! Hay Señor! cuanto tenemos que aprender!! cuán impactante es nuestro testimonio como madre o como padre en nuestros hijos, es nuestra oracion que el Señor aumente cada día nuestra fe y nos enseñe a vivir una vida en plenitud..una vida que refleje a Cristo..

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